Ayer hice mi primera observación seria con mis flamantes prismáticos Celestrón 20x80.
Fueron un par de horas, con una oscuridad decente, aunque no extraordinaria, porque la gente todavía estaba trabajando y alguna luz de despacho molestaba. En principio me dediqué a buscar objetos facilitos, y de memoria. Así, apunté a Antares y M4, que se veía como una bola grumosa y bastante brillante, muy bonita. No se llegaba a resolver estrellas individuales, pero sí que se apreciaba la textura y el halo de estrellas más débiles. Antares se veía de un precioso color rojo, y el cuadro junto con M4 era francamente bonito.
Después de ahí, me fui para sagitario. M8 y M20 cayeron enseguida. La laguna, grande y muy brillante, y la trífida pequeña e intensa, aunque sin rastro de estructura dentro.
Subiendo, pasé por la nube de estrellas que forma m24, y enseguida llegué a M17. Se veía muy, muy brillante, con la forma de cisne invertida claramente definida y rodeada de un halo formado por el resto de la nebulosa. Más arriba aún, entra enseguida M16, que sólo se veía como una nebulosa débil y pequeña, siendo difícil discriminar una forma definida.
En todo este paseo hay que destacar que se va por el borde de la vía láctea, y es un espectáculo con prismáticos. El tono lechoso de fondo en estos objetos, cuajado de estrellas es increíble, así como el contraste bastante definido con el borde del brazo.
Visto el éxito inicial, decidí ponerme en harina e ir al cisne, que se encuentra muy alto. Intenté ver los velos y Norteamérica, pero no tuve éxito. De ahí busqué la Dumbell y casi me caigo de c$%&o, ¡Vaya imagen! La dumbell se ve como un circulo redondo y grande, de un tono clarísimamente azul, y bastante brillante. Una vez rebasada la primera impresión, pude distinguir, o creí distinguir, la característica forma de pesa de la planetaria. Este objeto lo tengo que mirar con más calma una noche que sea más tarde y esté todo apagado. Después de esto, decidí hacer un segundo intento con los velos, carta en mano, y siendo muy sistemático con el camino, para asegurarme que estaba donde debía estar. El velo Este, ni rastro pero… ¡ahí estaba el velo oeste! Es curioso, porque no se ve como una nebulosa, es más como si una telita rodease a las estrellas, pero se veía la forma inconfundible de arco de este velo. Con la misma técnica volví a la Norteamérica, y ¡bingo! Ahí estaba también, aunque un poco menos clara. Sin embargo si que se podía distinguir dónde estaba el golfo de Méjico, y “america central”, siendo la parte de “Canadá” la menos clara.
Bueno, me queda media noche por contar, y ya llevo un tocho infumable
![Embarassed :oops:](./images/smilies/icon_redface.gif)
Un abrazo